ROSALIND FRANKLIN (1.920-1.958, Londres)

A pesar de que en su familia se había luchado mucho en defensa de los judíos, los trabajadores y las mujeres, su padre no la trató igual que a sus hijos varones. Cuando quiso acceder a la universidad a estudiar química-física, su padre se negó a pagarle los estudios. Pero, terminó haciéndolo, aunque de mala gana. Rosalind era una mujer con mucho carácter, que no aceptaba ser discriminada, por lo que tuvo muchos encontronazos con hombres, ya que era altiva y ambiciosa. Comenzó su trabajo en el contexto de la segunda guerra mundial, por lo que se dedicó al estudio de las estructuras de los carbonos de cara a elegir los más apropiados para los filtros de las máscaras de gas. Posteriormente estudió la cristalización del grafito en Francia, donde adquirió gran fama como experta cristalógrafa, por lo que le ofrecieron trabajo en el King’s College de Londres. El grupo al que se incorporó estaba formado por físicos, químicos y bioquímicos dispuestos a desentrañar la estructura del ADN y el ARN. Se fue dando cuenta que los comedores de chicos no eran aptos para las chicas, así como de que en las reuniones de cañas, donde se debatía buena parte del trabajo realizado en el laboratorio, tampoco se admitían mujeres.

En su trabajo en solitario con el ADN, Rosalind llegó a varias conclusiones claves para poder generar buenos cristales. Las fotos que obtuvo de ellos, le permitieron afirmar que el ADN estaba formado por fosfatos y azúcares, y que la estructura estaba formada por dos cadenas, no por tres.

Entonces apareció en escena el “señor” Watson. Estudiante de doctorado recién llegado de EEUU, con poca formación en química y cristalografía, pero con mucha ambición y habilidades para arrimarse a quien fuese necesario para conseguir sus objetivos. Junto a Crick, intrigaron y obtuvieron información de todo lo que se estaba haciendo en este campo a ambos lados del atlántico. Dado que Rosalind no quería colaborar, porque no necesitaba a nadie para sacar adelante su trabajo, esto la llevo a ser “expulsada” del King’s, no sin antes tener que entregar todos sus datos, fotos, análisis matemáticos, etc. Entre estos resultados estaba la famosa foto 51, piedra angular para determinar la estructura del ADN. Se permitió que Watson y Crick emplearan el material de Rosalind para continuar con su proyecto. Entonces pudieron interpretar cómo estaban unidas las dos cadenas de ADN y, a pesar de que ellos no habían hecho la síntesis de las dos formas cristalinas, ni las habían purificado, ni habían pasado horas para conseguir las fotos, ni tenían los conocimientos matemáticos para interpretarlas, fueron ellos quienes se llevaron la gloria. “Nature” aceptó publicar el modelo propuesto, sin pedir los datos experimentales!!!

Rosalind continuó con un nuevo proyecto, la determinación de la estructura del virus del mosaico del tabaco y, cuando lo consiguió, se planteó un reto aún mayor, la determinación de la estructura del virus de la polio “in vivo”.

Seguramente a causa de su exposición a los rayos X, se le diagnosticó un cáncer de útero. Rosalind siguió trabajando hasta que no tuvo fuerzas, muriendo antes de cumplir los 38 años. Fue después de su muerte, cuando Watson, Crick y Wilkins, recibieron el premio Nobel por la determinación de la estructura del ADN, sin que a Rosalind se la mencionase ni en los agradecimientos. Y para más “gloria” de Watson, escribió, el que sería el “best-seller”: “La doble hélice”, donde Rosalind aparece como una chica tonta, malhumorada, amargada…ni siquiera la respetó después de su muerte, ni a pesar de haberle robado su trabajo.

Pero como a veces, solo a veces, se hace justicia, los hechos han ido saliendo a la luz, y hoy, todos y todas sabemos cuál fue la verdadera premio Nobel. No obstante, el daño nunca ha sido reparado oficialmente.

MARGARITA SALAS (1.938-2.019, Asturias)

Junto a su marido Eladio Viñuela, inició el desarrollo de la biología molecular en España. Su estudio sobre el virus bacteriano Phi29 nos ha permitido conocer cómo funciona el ADN, cómo sus instrucciones se transforman en proteínas, y cómo estas proteínas se relacionan entre ellas para formar un virus funcional.

Sus padres siempre tuvieron muy claro que sus tres hijos tenían que hacer una carrera universitaria. Margarita entró en un colegio de monjas a los tres años y prosiguió allí sus estudios hasta finalizar los seis años de bachiller. En el curso preuniversitario que debía hacer para acceder a la universidad, se vio obligada a elegir y se inclinó por las ciencias.

Llegó la hora de escoger carrera, indecisa entre las Ciencias Químicas y la Medicina. Finalmente se decidió por la Química, lo que fue una buena elección puesto que muy pronto se dio cuenta del entusiasmo que le generaba pasar horas en el laboratorio.

Margarita conoció a Severo Ochoa comiendo paella. Su padre, primo político y compañero de la Residencia de Estudiantes del científico, le había invitado a comer. Durante el almuerzo, Severo Ochoa les propuso acompañarle a una conferencia que daba al día siguiente en Oviedo y aceptaron encantados. La charla, que versaba sobre su investigación, dejó fascinada a Margarita y despertó su atracción por la bioquímica.

En sus conversaciones con Severo Ochoa, este le aconsejó realizar una tesis doctoral en Madrid bajo la dirección de Alberto Sols, excelente bioquímico, para después hacer una estancia postdoctoral con él en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York.

Años más tarde, en la entrega del premio Severo Ochoa de investigación a Margarita, Sols reconocería que cuando esta fue a su laboratorio a pedir plaza para llevar a cabo su tesis, pensó: «Bah, una chica. Le daré un tema de trabajo sin demasiado interés, pues si no lo saca adelante no importa». Esta anécdota da idea del pensamiento de Sols en aquella época y del machismo que tuvo que sufrir Margarita durante toda su tesis doctoral.

Eladio, por su parte, (ya eran novios) empezó su doctorado en genética en el mismo centro que ella, pero él estaba interesado en una genética más bioquímica, más molecular. En consecuencia, le pidió a Sols si podía hacer la tesis con él y este le acogió encantado.

Años más tarde, decidieron seguir el consejo que Severo Ochoa le había dado a Margarita y se trasladaron al laboratorio que este tenía en Nueva York. En el laboratorio de Ochoa, Margarita nunca se sintió discriminada por ser mujer. Sus logros obtenían el reconocimiento que merecían. Después de tres años en el laboratorio de Ochoa, decidieron volver a España para desarrollar la biología molecular.

En España volvió a sentirse discriminada. Si bien dentro de su equipo nunca tuvo ningún problema con sus doctorandos, de cara al exterior solo era la mujer de Eladio Viñuela. Por ello, Eladio, decidió iniciar el estudio del virus de la peste porcina africana y la investigación del Phi29 quedó, exclusivamente, bajo la dirección de Margarita. De esa forma pudo demostrar que era capaz de sacar adelante la investigación por sí misma y se convirtió en una científica con nombre propio.

A Margarita le dio la sensación de que, hubo un momento a partir del cual todo lo que en su día había sido negativo por el hecho de ser mujer, se había convertido en positivo. Todos sus premios tenían mayor repercusión mediática que los de sus colegas por ser la primera vez que habían sido concedidos a una mujer. Pero nunca le han dado un premio por el mero hecho de ser mujer. Se ha ganado su puesto en la sociedad con esfuerzo y trabajo. Siendo innumerables los premios y distinciones que recibió a lo largo de su carrera.

ÁNGELA NIETO (1.960, Madrid)

Ángela Nieto es una investigadora del CSIC experta en biología del desarrollo, que se ha incorporado a la Academia de Ciencias de Francia como asociada extranjera en la sección de Biología Integrativa.

Ángela Nieto es una de nuestras mejores científicas, hizo la tesis en el CBM “Severo Ochoa” y, tras una estancia post-doctoral en Londres, regresó al Instituto Cajal (CSIC) para estudiar la plasticidad y los movimientos celulares en la salud y en la enfermedad. Actualmente es Profesora de Investigación del CSIC y trabaja en el Instituto de Neurociencias de Alicante, un centro mixto CSIC-Universidad Miguel Hernández.

La elección de los asociados extranjeros a la Academia francesa es un proceso muy riguroso, los académicos son vitalicios, y los asociados extranjeros como Ángela Nieto, contribuyen a la reputación internacional de la Institución.

Que una mujer pertenezca a una Academia es muy importante, hay que tener en cuenta que, históricamente, las mujeres no han ocupado cargos en prácticamente ninguna. Aunque cada vez más mujeres están ingresando en academias de distintos ámbitos, siguen siendo una minoría, sobre todo en academias tradicionalmente tan masculinizadas como la de la lengua o las relacionadas con las leyes, por ejemplo.

El CV de Ángela Nieto es abrumador, pertenece a cuatro academias, contando la francesa, es co-autora de 140 trabajos en revistas internacionales, ha sido galardonada con muchos premios, ocupa cargos de dirección en organizaciones científicas como el EMBL, es miembro de varios comités asesores y, además, dirige su grupo de investigación. Pero ella reconoce que no ha tenido los problemas que otras mujeres en su carrera científica, al no haber tenido hij@s. Ojalá llegue el día en que la mujer pueda alcanzar sus metas sin tener que renunciar a ser madre, si esa es su elección de vida.

LALA KOUNTA (1.989, Senegal)

Lala Kounta es física, profesora e investigadora en la Universidad “Cheikh Anta Diop” (Dakar). Es la primera mujer doctora en Oceanografía Física y Ciencia del Clima en Senegal. Especializada en meteorología, oceanografía y gestión de tierras áridas, ha realizado una estancia en la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN) para desarrollar un proyecto de investigación sobre el impacto de las olas de calor de la costa occidental africana en los ecosistemas marinos. La subida de la temperatura del mar da lugar a la reproducción de unas algas nocivas para la salud de los peces y de los pescadores.

Por ello, dice Kounta que hay que saber exactamente lo que pasa en ese océano del que se conoce muy poco. Su objetivo es intentar prever y prevenir, con un sistema de observación y medición en tiempo real. Sin datos es imposible la toma de decisiones inteligentes y productivas (a nivel político), muy necesarias, dado que el océano se está comiendo las costas de Senegal y los pescados huyen de los caladeros de donde se alimentan los senegaleses.

Lala Kounta ha podido desarrollar su labor, durante esta estancia, en una infraestructura polivalente de servicios científico-técnicos, los cuáles dan soporte a la investigación, desarrollo e innovación en sectores marinos y marítimos. Y ha sido gracias al programa Ellas Investigan de la Fundación Mujeres por África, iniciativa que cuenta con el apoyo del Gobierno de Canarias. Gracias a iniciativas de este tipo, las mujeres de países con menos recursos puedan crecer en sus carreras científicas. De este modo, las científicas africanas se benefician profesionalmente pero también como mujeres y, sus países de origen pueden acceder al progreso, tan necesario para poder frenar problemas tan serios como la inmigración.

 

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